Pedro Castillo sigue sin dar la cara y sin aclarar uno de los puntos fundamentales de la moción de vacancia: el financiamiento ilícito de su campaña. Apareció hace unos días en un evento indicando que “que nadie le había pagado la campaña” con el estilo vago y gaseoso que caracteriza a sus pocas intervenciones públicas. Por eso vale la pena aclarar al Perú y al propio Pedro Castillo que sí le pagaron la campaña. El propio fiscal Rafael Vela reconoce que Perú Libre utilizó dinero “espurio e ilícito” para financiar la campaña presidencial, algo que viene siendo su modus operandi desde hace años y que permitió la consolidación de esta organización político criminal.

Si no fue Pedro Castillo ¿quién financió entonces la costosa campaña de primera vuelta? Una campaña del campo a la ciudad que incluía, no solo los costos de desplazamiento y pintas, sino el transporte para la concentración de simpatizantes en las plazas de Cajamarca, Chimbote, Chumbivilcas, Dos de Mayo y otras, siendo el único candidato que violó todos los protocolos sobre campaña en plena pandemia COVID 19. Este hecho inclusive llevó a la policía a actuar contra un mitin desarrollado en Madre de Dios. Los audios de Los Dinámicos del Centro confirman que el dinero, para los gastos de toda esta etapa de la campaña, provenía de Junín y del cobro de coimas y cupos que encabezaba Vladimir Cerrón.

Y en segunda vuelta ¿de dónde aparecieron estrados, gasolina para miles de camionetas 4x4, pasajes aéreos, polos, pintas, banners? Aunque quizás la pregunta más importante sobre el financiamiento de la segunda vuelta es ¿de dónde apareció el dinero para pagarle S/.300 a cada personero de mesa tal como Arturo Cárdenas indicó en SJL?

La campaña de Perú Libre recibió financiamiento ilegal de campaña proveniente de diversas organizaciones criminales y eso es un delito. Un delito que involucra a Pedro Castillo, Dina Boluarte y a un grupo de congresistas oficialistas. La verdad saldrá a la luz.