Cuando los árboles se mueven, el enemigo está avanzando, decía Sun Tzu en “El arte de la guerra”. El Congreso de la República está empecinado en aprobar la creación antitécnica de nuevas universidades públicas en distintas regiones del país y esta vez, parece contar hasta con el silencio cómplice del MEF y del MINEDU. No importa si las 49 universidades públicas existentes y licenciadas por Sunedu cuentan con presupuesto suficiente; no importa si un numero de ellas “licenció” condicionadas a subsanar deficiencias y no cuentan con presupuesto para remediarlo; no importa si el propio Estado reclama la necesidad de contar con profesionales técnicos y no universitarios; no importa si el mismísimo Consejo Nacional de Educación se pronuncia técnicamente en contra de este festín. El Congreso, como los árboles de Sun Tzu, se mueve y avanza...  Así, solo parece importar el cálculo político y el populismo de este próximo periodo preelectoral, el clarísimo “toma y daca” congresal. Con la reciente autógrafa de ley de creación de 20 universidades públicas (de un solo plumazo), ya vamos contabilizando 40 “nuevas universidades” que nacen en el papel y sin pan bajo el brazo. Los congresistas juegan con la expectativa de la población pues saben perfectamente que estas “nuevas” universidades demorarían hasta ocho años en poder operar (entre comisiones organizadoras, habilitación de infraestructura, equipamiento, creación de mallas curriculares, contratación de docentes calificados y demás condiciones básicas de calidad para su licenciamiento oficial, además de los más de 4,200 millones de soles que se requerirán para tal fin).

La falta de una visión estratégica, la nula planificación de mediano y largo plazo de la educación en el Perú y la inclinación por el populismo irresponsable con el que viene actuando el Congreso y la aparente claudicación del gobierno para pronunciarse al respecto, no reviste ningún tipo de interés real para incrementar la oferta de formación superior y atender las aspiraciones de los pueblos peruanos por educar a sus jóvenes, reviste únicamente el aprovechamiento antitécnico y el festín de decisiones irresponsables. Esperemos que, de consumarse este despropósito, el ejecutivo cumpla con su obligación y observe, esta vez, la ley.