En todo Colombia hoy lunes solo se habla del discurso irreverente y nada tradicional, propio de un outsider, encarnado en Rodolfo Hernández, un ingeniero dedicado a la venta de inmuebles durante gran parte de su vida, hecho alcalde de Bucaramanga en el camino ascendente de su vida política que luego de trepar sin detención en las últimas semanas, ha logrado pasar a la segunda vuelta electoral, desplazando al derechista Federico Gutiérrez, el verdadero derrotado en lo que va de la contienda democrática.

La parcial victoria de Hernández, con 77 años a cuestas, también impacta en Gustavo Petro, el candidato de la izquierda colombiana que no pudo conseguir el 50% +1 de los votos que lo hubiera ungido ipso iure en presidente de su país. Es verdad que Petro cuenta un núcleo duro de votantes que lo han sostenido arriba del 40% de las preferencia pero en un proceso de elecciones donde unos candidatos crecen y otros se desgastan, a esta hora debe producir hermetismo en el candidato y su equipo de campaña.

Queda claro que el patrón del discurso contestatario y salido de los formatos de la política de siempre sigue hallándose dominante en las preferencias ciudadanas de nuestra región, confirmando que no es un monopolio de la izquierda o de la derecha, aunque el marco de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, que impactan en los más pobres, ha favorecido a los partidos o movimientos progresistas.

Un análisis más detenido luego de los resultados de ayer en Colombia me permite concluir de que a la gente no le interesa los contenidos ideológicos de los candidatos sino la acción y el pragmatismo y si con ello viene la condena a la clase política bicentenaria con alta dosis del statu quo y del confort, pues mucho mejor.

La actitud de los votantes es de franco rechazo a los gobernantes de nuestros países que los han engañado todo el tiempo. La gente quiere ver bajo tierra a los corruptos y por eso en su momento ganó Jair Bolsonaro en Brasil y ahora podría conseguirlo Hernández en Colombia pues los votos de Fico casi a ojo cerrado migrarán mayoritariamente hacia el llamado “Trump colombiano” que por decir “Yo le recibo apoyos hasta del gato pero no le cambio el discurso”, en verdad que Petro tendrá que esperar un error ciclópeo de su contrincante o hasta hacer malabares para despuntar. Veremos.