El sábado, en Pensilvania, Estados Unidos, se produjo un atentado fallido contra Donald Trump expresidente y actual candidato por el Partido Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos en las elecciones del próximo 5 de noviembre.
El magnicidio es un hecho presente en la historia de ese país. Cuatro presidentes en ejercicio fueron asesinados: Abraham Lincoln, James Garfield, William Mckinley y John F. Kennedy, además de 7 intentos frustrados a mandatarios, además de los asesinatos a líderes como Martin Luther King y Robert Kennedy.En los Estados Unidos la violencia es actual. El propio Donald Trump la ejerció cuando promovió e incentivó el asalto al Capitolio en enero del 2021, sede del Congreso, tras perder las elecciones pasadas frente a Joe Biden denunciando un supuesto fraude, que terminó con el saldo trágico de por lo menos cuatro muertos.
La violencia ciudadana y política en Estados Unidos se incentiva por causas que podrían ser erradicadas. En primer lugar, se encuentra la venta prácticamente libre de armas de fuego a civiles, defendida por la Asociación Nacional del Rifle con cinco millones de afiliados.
En segundo lugar, el serio deterioro de la salud pública mental, con una elevada presencia de desequilibrios mentales en la juventud y la sociedad estadounidense, no tratada adecuadamente.
La violencia política debe ser erradicada a través del reforzamiento de mecanismos democráticos incluyendo el diálogo. No podemos continuar ignorando actos como los promovidos por Trump, ni los que impulsa y lleva adelante la llamada “pestilencia” en el Perú.