Nuevamente el Congreso le niega la autorización de viaje al presidente Pedro Castillo, esta vez a Europa, incluyendo El Vaticano. Fueron 55 congresistas los que insistieron en desconocer lo que significa la política de Estado y la mantención de relaciones con otros países y Estados. Un error puede ser, pero 2 veces no solo es ignorancia sino un clarísimo intento de desestabilización.

Las reuniones previstas con el papa Francisco, el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); el presidente del Consejo Europeo y la presidenta de la Comisión Europea. Iba a dar un mensaje en el Foro Mundial de la Alimentación 2022. Todo esto se cancelan sin ninguna razón valedera, solo con la fuerza de votos en un Congreso polarizado y opositor.

La Constitución Política señala, en su artículo 118° que, “el Presidente dirige la política exterior y las relaciones internacionales…”, mientras que el Congreso según el artículo 102 “Autoriza al Presidente de la República para salir del país”.

Los dos permisos denegados entorpecen el ejercicio de sus atribuciones al presidente, proyectan una imagen de caos político interno, debilitan nuestra política exterior e impiden que en la reunión con la FAO se pudiera tomar acuerdos importantes sobre la urgente adquisición de fertilizantes, necesarios para el agro nacional.

Si bien la mayoría conservadora del Congreso continúa tratando de torpedear el gobierno de Castillo, los presidentes y gobiernos más allá de América Latina lo reconocen como mandatario legítimamente elegido. Su presencia en el foro de la ONU así lo demostró.

Ahondar la actual crisis política como propone la mayoría congresal, puede traer resultados inesperados en futuras elecciones. Quienes ganaron el gobierno en el 2021 pueden querer, legítimamente, seguir conservándolo.

La polarización económica, social y política se acentúa. Es momento de reflexionar y avanzar en propuestas de cambio factibles y reales.