Las Naciones Unidas ha aprobado por 143 votos de Estados miembros, el llamado “Pacto para el Futuro”, a fin de afrontar “riesgos catastróficos recientes” en temas de paz, reforma del Consejo de Seguridad, cambio climático o potenciales amenazas de la inteligencia Artificial.
Votaron en contra Argentina de Milei, Rusia, Venezuela y Nicaragua, mientras en el Perú sectores conservadores manifiestan su oposición. López Aliaga y Patricia Chirinos alegan que este acuerdo es propiciado por la izquierda internacional y recorta nuestra soberanía.
Los pactos significan la limitación de derechos y libertades en beneficio del bien común. El objetivo es avanzar en la construcción de una sociedad y un mundo mejor para todos. Con los acuerdos colectivos se ponen de lado intereses egoístas.
La Carta de las Naciones Unidas rige esta institución internacional desde octubre de 1945. Sus convenios son declaraciones y acuerdos entre países, obligándose a respetar los derechos humanos, trabajar por la paz mundial, proteger el medio ambiente y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
La construcción de la institucionalidad y del Estado requieren consolidar acuerdos y compromisos internacionales. Significa comprometer esfuerzos nacionales para mejorar las condiciones de vida de la población y esfuerzos mundiales en la preservación del planeta y la vida en un mundo con mejores condiciones para las generaciones venideras.
Quienes se oponen esgrimen posiciones conservadoras en contra del avance de la historia. Si bien los convenios limitan nuestra soberanía, lo hacen por voluntad propia y en aras de colocar a las personas como el fin supremo de la sociedad y los Estados. Es necesario consolidar los organismos internacionales en contra de intereses armamentísticos de “halcones” y genocidas.