Cada día que pasa crece el rechazo de los peruanos al gobierno presidido por Pedro Castillo. La encuesta de Datum publicada en Perú 21 es reveladora. No solo el 76% de ciudadanos desaprueba al jefe de Estado sino que el 59% quiere que se vaya. Es evidente que el mandatario transita por el momento de menor credibilidad y en esa caída no solo arrastra al gabinete ministerial sino también al Congreso, que en los momentos claves se ha puesto del lado de Castillo.
En ese punto de nada sirve el auto convencimiento de que el pueblo lo apoya y menos los dogmas. En ese punto la única verdad es las cifras adversas en las encuestas. Y esto no se trata de simples números, también se nota en las plazas y calles de todo el territorio nacional.
El malestar de la gente se traduce en las manifestaciones en todo el país contra el Gobierno. Debió suceder esto para sentir que existe algo que nos afecta a todos. Los peruanos protestan contra el alza de los precios de combustibles y alimentos, la desocupación, la inflación y la fuga de capitales.
Las respuestas del presidente y su gabinete son improvisadas y torpes. El colmo ocurrió ayer cuando el premier Aníbal Torres destacó al genocida Adolfo Hitler como un referente de buena gestión. Con estos ejemplos no solo genera inestabilidad e incertidumbre en el país sino que se gana la desconfianza internacional.
