Habría que decirle al expresidente del Congreso, el ahora locuaz Alejandro Soto, de Alianza para el Progreso (APP), que los medios ni la prensa tienen la culpa de que la institución a la que pertenece esté plagada de “niños”, “mochasueldos”, tránsfugas, juergueritos en los momentos menos oportunos, profesores desaprobados, aliados de mafias, filoterroristas, defensores de prófugos y golpistas, demagogos, prontuariados y hasta un violador condenado a 12 años de cárcel.
Este señor que ha salido de las canteras del partido de César Acuña y que inexplicablemente llegó a ser presidente del Poder Legislativo, debería saber que los medios dan cuenta de situaciones que no han sido creadas ni inventadas por ellos. ¿Acaso los periodistas han obligado a los “mochasueldos” a robarle a sus trabajadores, o han alucinado que “los niños” se vendieron por un plato de lentejas para ser dueños del Ministerio de la Producción en tiempos de Pedro Castillo?
Qué culpa tienen los medios y los periodistas de que haya entre los legisladores profesores que no han sido capaces de aprobar sus evaluaciones de competencias o que sigan defendiendo el golpe de Estado dado por Castillo. ¿Es un invento, acaso, el hecho de que su líder Acuña haya llevado al Parlamento a un sujeto que terminó violando a una trabajadora, o que haya existido una congresista ya desaforada que obligaba a sus empleados a ir al cajero para apropiarse de parte de su sueldo?
Tampoco es un invento de la prensa que la gestión de Soto al frente de la Presidencia del Congreso haya sido una de las peores de los últimos años, pues el país tuvo al Poder Legislativo en manos de un personaje que en casi un año jamás dio la cara a los medios para dar cuenta de su gestión, solo para no responder por cuestionamientos que todo político, y más si es autoridad, debería estar dispuesto a aclarar por respeto a los ciudadanos que es quienes se deben.
Quizá Soto añore sus tiempo de comunicador televisivo en Cusco, donde se entrevistaba a sí mismo para responder solo lo que le gustaba. Lamentablemente para él, en el Congreso y en la política las cosas no funcionan así, y es trabajo de los medios poner luces allí donde hay indicios de delito o sinvergüencería para que los ciudadanos sepan en manos de quién ha puesto los destinos del país y sus recursos. A propósito, ¿el caballero ya aclaró las dudas sobre sus tesis de grado? ¿O dirá que también son invento de los medios?