La trascendencia de la visita de Estado de la presidenta Dina Boluarte a China del 23 al 30 de junio se medirá por la cantidad de logros significativos que el Perú pueda alcanzar a partir de esta renovada relación con el gigante asiático. El magno encuentro con el presidente Xi Jinping, miembros de su gobierno y representantes de diversas empresas chinas, deberá traducirse en un escenario muy favorable para nuevas inversiones de ese país.

Convendría por ello que la señora Boluarte refrescara la conciencia de la población sobre la gravitación que tendrá el megapuerto de Chancay en nuestro futuro devenir económico y a la vez, en un gesto inteligente de reconocimiento al pueblo chancayano, invitar a su alcalde a formar parte de la comitiva oficial que viajará a China.

No solo es haber conocido por fin el flamante megapuerto, sino comprender la realidad de la ciudad y la magnitud de inversión que necesita hacer el Estado para armonizar la zona portuaria con su futura sostenibilidad e interacción con la ciudad, ergo incluir al alcalde de Chancay cae por su propio peso. No se exponga a que le pregunten detalles y solo pueda declarar generalidades que hagan dudar de su responsabilidad y compromiso con esta obra que concitará la atención en todo el mundo.

Esperemos que la presidente del Perú no desperdicie la oportunidad de conocer el puerto de Shangai, y así visualizar mejor lo que necesitamos hacer en el país. ¡Aprendamos de la experiencia de la modernización china!

Y la comitiva podría llevar un pequeño grupo de alumnos de último grado de las universidades nacionales, para que visualicen los retos que tendremos que afrontar para ser competitivos en el mundo.  Esos jóvenes son quienes van a manejar el Perú del futuro…. Todavía está a tiempo de hacerlo.

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