Es sorprendente la falta de atención en torno al extraditado Alejandro Toledo, quien antes era considerado líder en la lucha contra la corrupción. La maquinaria caviar, los medios de comunicación y las redes sociales lo presentan ahora como un hombre debilitado y desvalido, y no se han filtrado declaraciones o manifiestos del expresidente, a pesar de que el caso es emblemático por los 35 millones de dólares en sobornos asociados a su caso. Los periodistas de investigación que antes lo buscaban activamente parecen haberse quedado en silencio. ¿Dónde está el sabueso investigador de la corrupción Gorriti? Los opinólogos, expertos y “notables” en temas de corrupción también han desaparecido. Es evidente que los medios de comunicación están siendo cómplices en proteger a Toledo y en intentar sacarlo de la prisión lo antes posible. La sobriedad del “cholo sano y sagrado” representa un gran riesgo para la estabilidad jurídica de varios medios de comunicación, empresas y políticos de la época.

La caída de Toledo podría tener graves consecuencias políticas y penales. ¿Podría ser este el motivo detrás de la pretendida prolongación de la vida laboral de jueces y fiscales, ampliando la edad máxima de permanencia en el servicio de 70 a 75 años? El dictamen se encuentra actualmente en relatoría desde el 12 de abril, y permitiría a muchos magistrados que se encuentran en el límite de edad para cumplir con su ciclo profesional en el Estado permanecer en sus cargos durante cinco años más. Es crucial cuestionar quién o quiénes se beneficiarían de esta ley, especialmente si se consideran los escasos resultados de ambas entidades contra el principal generador de corrupción representado por una constructora extranjera.

En resumen, se está minimizando de manera descarada el impacto de Toledo y el atornillamiento de magistrados supremos, y parece haber una complicidad entre los medios de comunicación y los políticos en el poder.

TAGS RELACIONADOS