El Perú está pagando las durísimas consecuencias de haber votado en 2021 por la propuesta de un personaje como el corrupto Vladimir Cerrón, quien más allá de las tres órdenes de captura que pesan en su contra, nos “regaló” primero a Pedro Castillo, el mandatario más inepto y sinvergüenza que ha tenido el Perú, y a Dina Boluarte, quien está poniendo en riesgo la estabilidad del país por ir a hacerse un tratamiento estético cuando había asumido las riendas de un país en llamas y en profunda crisis.
El quinquenio de Perú Libre viene resultando nefasto para nuestro país que primero se vio en manos de un casi iletrado dedicado a saquear al país desde el primer día; y más tarde bajo el mandato de la señora Boluarte, que no necesita oposición recalcitrante ni campañas mediáticas para meterse en serios problemas y de paso generar crisis e incertidumbre política que a la larga también daña la economía, que urge crecer más para generar bienestar a los ciudadanos.
Hablar de vacancia presidencial en estos momentos, cuando estamos a menos de año y medio para las elecciones generales del 2026, es desproporcionado. Sin embargo, es evidente que la mandataria, por mano propia, ha agitado el avispero político por su negada operación estética, lo que se suma a su afición por el uso de lujosos relojes supuestamente “prestados” por un dudoso gobernador regional sediento de presupuesto. Dos disparos a los pies por donde se mire.
Sin duda alguna, el Perú no merecía esto en el bicentenario de su independencia y menos en momentos en que se salía de una crisis descomunal como la que nos dejó la pandemia de COVID-19. Irónico que quienes votaron por los candidatos de Cerrón, sean quienes hoy quieren vacar a Boluarte sin pensar en las consecuencias que eso traería al Perú. No parecen estar contentos con habernos dado a dos presidentes tan lamentables que sin duda no han estado a la altura del reto.
Jamás olvidemos que mientras Castillo andaba sacando sobres de manila con plata sucia y Boluarte se desconectaba de la conducción del país para arreglarse la nariz, en las calles los sicarios y extorsionadores seguían asesinando gente, y Qali Warma daba carne de caballo a los niños. Ojalá se pudiera poner un ventilador al almanaque a fin de acelerar la llegada del 2026, para librarnos de una vez de este gobierno que ha sido un salto al vacío y un retroceso que pagarán las generaciones posteriores.