La expremier Betssy Chávez tiene mucho que explicarle al Ministerio Público sobre su participación en el breve golpe de Estado que perpetró Pedro Castillo, pues varias fuentes consultadas por Correo y otros medios apuntan a que la también legisladora por Tacna tuvo mucho que ver en el quiebre del orden constitucional que terminó esa misma tarde con la vacancia y detención del cabecilla de esta acción.

Es evidente que Castillo no actúo solo. Incluso ayer se han publicado chats entre los entonces ministros, en que son convocados por Chávez para un “día histórico”. Esto fue poco antes del tembloroso y suicida mensaje de profesor. Además, un funcionario de la televisora estatal ha dicho a ATV que la que coordinó su emisión fue la premier, personaje de absoluta confianza del expresidente y hoy recluso del penal del exfundo Barbadillo.

Otro que debe ser investigado por su presunta participación en los sucesos del 7 de diciembre es Aníbal Torres, en ese momento asesor principal de la premier Chávez. Hoy hace de abogado del exmandatario y hasta lo hemos visto discutiendo con la fiscal de la Nación, Patricia Benavides. Sin embargo, sería bueno saber si ha sido uno de los cómplices de un personaje tan limitado como Castillo que no era capaz ni siquiera de dispararse a los pies en solitario.

Supongo que el Ministerio Público no hará caso a la payasada promovida por el expremier Guido Bellido, quien primero dijo que Castillo fue obligado a leer el mensaje que lo mando a la cárcel, con lo cual tácitamente confirmaba que el hombre era un pusilánime; y luego nos salió a decir que el profesor ya no recuerda lo que hizo, por lo que quizá fue dopado con alguna sustancia tóxica. Sí, Macondo se queda chico al lado del Perú de estos personajes.

Un delito de la magnitud de lo hecho por Castillo, no puede quedar impune. Todos deben pagar. La sanción a los implicados en este breve golpe debe servir de lección para todos esos personajes que pretendan en algún momento subvertir el orden constitucional para instaurar dictaduras e intervenir en otros poderes públicos. Tarde o temprano van a acabar presos como el profesor que tuvo que salir, literalmente, por la puerta falsa de Palacio de Gobierno.

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