Lo más grave y trágico que pueda pasar a la humanidad es que comience a hacerse vulnerable por la amenaza de la recurrencia de pandemias ante la advertencia de que pudieran aparecer más coronavirus.

El reciente anuncio del descubrimiento en China de una nueva cepa del virus de la gripe porcina debe promover todas las acciones de contingencia nacional e internacional. La pandemia del Covid-19 no está vencida porque sencillamente no ha aparecido aún la vacuna que nos libre de ella. Otra en marcha -eso no está pasando aún- podría promover una sensación internacional de que el mundo comienza a ser dominado por los virus.

Muchos científicos, en estudios del pasado, habían advertido que se trataba de una real amenaza contra el propio hombre pero los gobiernos del mundo, sobre todo de los países poderosos, siempre postergaron su tratamiento a agendas asociadas al tema tecnológico, nuclear, económico, militar, etc. La salud siempre ha estado para el final junto con los temas medioambientales. Es la verdad.

Las inversiones en ciencia y en salud deberán ser en adelante la principal inversión de las naciones ricas o mayores recursos, que parecen no aprender la lección. Mientras tanto, la noticia de posibles cuadros de coronavirus que podrían tener emersión en la vida social internacional, debe merecer rápida acción de coordinación para que no pase lo que hemos visto con el Covid-19, es decir, que se conviertan en pandemia.

Esta es una responsabilidad compartida pero sin duda con enorme peso en aquellos países acostumbrados a ejercicios genéticos o en laboratorio, realmente preocupantes.

La Organización Mundial de la Salud deberá poner toda la atención que en su momento no se vio respecto del Covid-19.