La renuncia de Philips Butters a la candidatura presidencial por Avanza País ha robustecido la hipótesis de que el sur es el cuco de los postulantes, que es un fierro caliente que muy pocos se atreven a sujetar por temor a salir chamuscados. Fue por lana a Puno y salió trasquilado.
A Butters se le cuestiona ir a desafiar a los puneños con su presencia en medios de comunicación locales pensando, tal vez, que el peruano típico es olvidadizo. Sí pues, pero Puno ni perdona ni olvida. El candidato había sido un feroz crítico de quienes protestaron contra el gobierno de Dina Boluarte, algunos de ellos fallecidos.
A diferencia de los electores del norte del país, los del sur no definen al candidato presidencial que pasa a la segunda vuelta. Sin embargo, sí son determinantes para el resultado final. Humala, PPK y Castillo, por ejemplo, lograron vencer a Fujimori con los votos de dicha gran macrorregión. Butters quiso dar un mensaje, pero se quemó.
Sin el candidato potencial de Avanza País, que no había logrado sorprender al electorado y solo rozado un escuálido dígito, la derecha pragmática se concentra en unos cuantos como Renovación Popular, Fuerza Popular, APP, entre otros pequeños. Juntos podrían llegar al 30 % del voto, pero comenzarán a canibalizarse entre ellos.
Candidato que vaya a Puno tendrá que pensarlo dos veces, por eso no creo que esté por ahora en la agenda prioritaria, al menos de quienes simbolizan el continuismo de la clase política. La conquista del sur será más peleada en la segunda vuelta. Por ahora, tendrán que hilar fino quienes desean asomarse a exponer su plan de gobierno en las faldas del lago Titicaca.




