EE.UU. sigue siendo el país más poderoso del mundo -su poder económico y militar es ciclópeo y sin rivales unilaterales- pero esa calidad no será por siempre. No es que deseara que así sea, sino porque no existe el poder perpetuo. Le costó, entonces, muchísimo alzarse como hegemón y luego de la Primera Guerra Mundial (1914-1919) las circunstancias jugaron a su favor, afianzándose. El magistral protagonismo de su presidente Woodrow Wilson llevó al país a posesionarse en el sistema internacional. El Tratado de Versalles, que puso punto final a la guerra dio estrellato a Washington y su presidente creó las bases para el proceso ascendente del Estado que, lejos de perder su enorme relevancia durante la conflagración bélica de 1939, EE.UU. terminó más empoderado que nunca. Qué distinto es Joe Biden que sin dominar el ajedrez de la política internacional por sus errores -llamó asesino a Putin al inicio de su mandato-, hasta ahora no ha podido diezmar a Rusia. La relevancia del rol del presidente de EE.UU. es indiscutible teniendo mucho peso y piso en el mundo y eso explica por qué razón en las últimas décadas sus mandatarios aprendieron y rápido porque son conscientes del lugar del país en el globo. Pero toda la gloria estadounidense que ha sido registrada en diversos capítulos de la historia universal comenzó a mostrar signos de vulnerabilidad iniciándose la indetenible caída libre que preocupa. En efecto, muchos creyeron que EE.UU. jamás sería vulnerable, creyéndolo todopoderoso. Su seguridad nacional era un asunto que no se discutía porque sencillamente era impensable. El atentado terrorista de Al Qaeda el 11 de setiembre de 2001 por primera vez removió a la conciencia colectiva del país del Destino Manifiesto acostumbrado históricamente a verse como los protagonistas del mundo, componedores de las crisis y guardianes de la paz mundial. Pero Washington que se deshizo de la Unión Soviética -en 1991 se desintegró la URSS- con la que había formado el mundo bipolar en plena Guerra Fría, tuvo 10 años de dominio total (mundo unipolar) hasta que la pandemia removió al país con más muertos y contagiados por la Covid-19 en el planeta. Siguieron el ruidoso retiro de Afganistán después de 20 años dejando la idea de una derrota y ahora la guerra en Europa del Este donde parece hallarse atado de manos.