Todo el país prácticamente ha sido declarado en estado de emergencia por los llamados fenómenos naturales o sociales. Lamentablemente se ha hecho costumbre para los tomadores de decisiones antes o después de cualquier alteración.
Hay dos soluciones a corto y mediano plazo que permitirían cortar uñas a los malos elementos y tomar decisiones de control.
Contamos con el satélite peruano de gran resolución de imágenes, y esta vapuleada inversión, así como otras con las que cuenta el Estado, desde ahora deberían tomar imágenes antes del evento, que los fiscalizadores del estado deberían estar usando gratuitamente para ver si actualmente se vienen ejecutando las obras que los estados de emergencia permiten. Luego de los eventos climáticos, se debería volver a utilizar el satélite y aeronaves con cámaras para comprobar la buena o mala inversión, permitiendo la mejora continua.
La segunda opción estratégica es usar los datos vertidos para generar una línea base en todo el país, no solo para observar El Niño, sino también para mejorar la previsión, dejando así de crear emergencias y desvíos de dinero con gaseosos sustentos.
Con la dureza que amerita, podríamos crear una ley que establezca agravantes para delitos contra la administración pública, dándole el nivel de traición a la patria a los cometidos durante los estados de emergencia. A lo mejor esto reduciría las malas y viejas costumbres, uno porque ya podemos medirlo, dos porque podemos vigilarlos y tres, porque ya se están enterando.