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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, deshonra a la figura histórica de Augusto César Sandino, que en 1934 se levantó contra una dictadura presidida por Anastasio Somoza García, adicto a Estados Unidos, país al que consideraba el verdadero dominio capitalista en Nicaragua y en la región. Convertido en un ícono de los revolucionarios nicaragüenses que bregó por la justicia en su país, fue traicionado en el marco de una negociación por el Gobierno y luego asesinado ese mismo año. Su gesta fue honrada por los revolucionarios que en la condición de guerrillas lograron asaltar Managua el 19 de julio de 1979, en el marco de la llamada “Ofensiva Total” y de una huelga general a lo largo y ancho del país, derrocando con indiscutible apoyo popular a la dictadura que en ese momento mantenía Anastasio Somoza Debayle, el hijo menor del dictador Somoza García. Al año siguiente de su derrocamiento, encontrándose en Asunción, el dictador Somoza Debayle sufrió un atentado que le provocó la muerte en el auto en que viajaba. Desde entonces, el denominado Frente Sandinista de Liberación Nacional -reconocido como grupo beligerante por el Pacto Andino en 1979-, que acabó con el clan Somoza, gobernó el país hasta 1990, en que perdió el poder en elecciones democráticas. Diecisiete años después lo recuperó, en el 2007, con el propio Daniel Ortega a la cabeza y con él su esposa, Rosario Murillo. Desde entonces mantienen el poder en la idea de retenerlo a pesar de que el propio pueblo nicaragüense, desde el mes de abril de este año, ha salido a las calles a protestar para que lo dejen. A pesar de los cerca de 350 muertos que han dejado los actos de represión del régimen, el pueblo no se doblega y, con él, la Iglesia y la juventud nicaragüense. Daniel Ortega no da signos de querer alejarse del poder y es tiempo de que la OEA adopte medidas conforme la Carta constitutiva del foro y la Carta Democrática Interamericana. El régimen de Ortega es otro muy mal ejemplo para América Latina que debe combatirse con el derecho hasta acabarlo, pero pare ello la comunidad panamericana deberá tomar decisiones.