La semana que terminó fue una de las más agitadas, políticamente hablando, en los últimos tiempos y eso es decir bastante en un país que ha tenido seis presidentes en el lapso que debió tener dos y vive en un permanente estado de crisis política.

En menos de siete días, unos audios y un probable abuso de poder le costaron el puesto a Alberto Otárola, que parecía inamovible como presidente del Consejo de Ministros y hombre de absoluta confianza de la presidenta Dina Boluarte. Si bien cayó la cabeza, todo el gabinete fue ratificado pese a que varios ministros, como Víctor Torres (Interior), vienen siendo cuestionados por los nulos resultados que presentan como titulares de carteras.

Asimismo, el Congreso logró restituir la bicameralidad y la reelección parlamentaria a la vez que modificó cerca de 50 artículos de la Constitución y logró, en parte, su objetivo de inhabilitar a los miembros de la Junta Nacional de Justicia.

Si bien se está cuestionando la inhabilitación de dos de los miembros de la JNJ, parece que dos de los tres accesitarios que aún no cumplen los 75 años, deberán ocupar los lugares dejados por Inés Tello de Ñeco y Aldo Vásquez Ríos.

Fue una semana de cambios que esperamos sean para bien y que nos permitan salir del estado perenne de crispación en la que nos encontramos como país.