El presidente colombiano Gustavo Petro sigue haciendo el ridículo a nivel internacional al insistir en su defensa del golpista Pedro Castillo incluso ante la Organización de Estados Americanos (OEA), ente multilateral que no ha movido un dedo por el profesor encarcelado debido a que tiene muy claro que este sujeto pateó la Constitución al pretender cerrar el Congreso, adueñarse del Poder Judicial y gobernar con poderes absolutos propios de cualquier tirano.

Ni la OEA que está a cargo de un sujeto ideologizado como Luis Almagro se ha atrevido a defender e Castillo luego que todos quedaron en ridículo, pues recordemos que a fines del año pasado dicho organismo envió a Lima una misión a pedido del entonces jefe de Estado, que dándoselas de pobrecito y de víctima de todos, se quejaba que le querían dar un golpe de Estado. Bueno, al final, el humilde profesorcito y rondero se sacó la careta y él mismo anunció el quiebre del orden constitucional.

Petro ha dicho ante la OEA que han echado a Castillo del poder por no tener mayoría en el Congreso y que está preso sin sentencia. Bueno, alguien debería decirle a este exguerrillero que su defendido fue vacado por incapacidad moral como sucedió con Alberto Fujimori y Martín Vizcarra, y que está con orden de arresto provisional como ha sucedido con otros exmandatarios como Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, simplemente porque la ley lo permite. ¿De dónde sacaron los colombianos a este tipo?

Es necesario destacar la actitud mostrada por el representante permanente del Perú ante la OEA, Gustavo Adrianzén, quien optó por pararse y retirarse del ambiente donde el exguerrillero Petro atacaba al Perú, sacaba cara por un corrupto y golpista como Castillo, y de paso abogaba por remedos de democracias como son Venezuela y Cuba. Para el mandatario colombiano, en estos países sí hay democracia y en el nuestro no. El mundo al revés.

Nuestro país no se puede quedar callado ante semejantes agravios de un sujeto que sigue creyendo en los golpes, los dictadores y las tiranías, claro siempre y cuando estén a cargo de “compañeros de ruta”. Qué gran error han cometido los colombianos al elegir como su presidente a un personaje que tarde o temprano sacará las garras. Sabían de quién se trataba debido al prontuario que traía bajo el brazo, pero lo convirtieron en su mandatario. Ojalá se vaya cuando acabe su mandato y no pretenda quedarse en el poder.

Alguien debería decirle a ese exguerrillero que su defendido fue vacado por incapacidad moral


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