El excongresista Yonhy Lescano ha cuestionado duramente al Congreso y quizá tenga razón. Sin embargo, si el caballero considera que ese poder del Estado es manejado por delincuentes y que debe ser cerrado, lo que no entendemos es por qué no ha renunciado a su trabajo de asesor de un legislador que fue elegido por Acción Popular y luego se pasó a otra bancada.
Si el Poder Legislativo es casi una guarida de hampones según sus apreciaciones, qué hace cobrando más de 12 mil soles mensuales aparte de gratificaciones, bonos y aguinaldos, desde julio del 2021. Parece que a Lescano la indignación se le acaba el día que debe pasar por el cajero electrónico para recibir el dinero que le pagamos todos los ciudadanos por asesorar a un legislador casi anónimo.
Luego de que el sábado publicáramos en Correo Lima una portada dando cuenta de la doble cara de Lescano, una para criticar y otra para recibir su sueldo, el exlegislador ha dicho que trabaja honradamente y lucha para el cierre del Congreso, algo así como seguiré cobrando mientras no logre que los delincuentes que me pagan se vayan a sus casas.
En este diario creemos que por personajes como Lescano, es que la política en el Perú está tan venida a menos. ¿Dónde está la decencia para renunciar a un empleo que, según sostiene, opera en una cueva de ladrones? Si tanto asco le da, que hoy lunes se vaya a buscar trabajo en el sector privado, y deje de burlarse de los peruanos.