Los acontecimientos de la semana pasada demuestran que las estrategias en la política peruana están en movimiento. Los resultados de estos movimientos en el tablero pueden plantear tanto una solución como una complicación mayor para la gobernabilidad.

La jugada de la fiscal de la Nación contra Pedro Castillo obliga al Congreso a tomar una solución final al respecto. Sin embargo, tenemos que considerar que en este espacio son los votos a favor o en contra los que determinan las decisiones. La presencia de los congresistas apodados como “Los niños” (que según la fiscalía, serían miembros o agentes de la organización criminal dirigida por Palacio de Gobierno) hace que la caída del presidente sea imposible a corto plazo. Es así que el gobierno tiene asegurados los votos suficientes para impedir una vacancia. Este bloque de congresistas, ahora mismo están articulando una defensa coordinada para atenuar el golpe recibido.

Consecuentemente, no es casualidad que la fiscal concluya su anuncio público con la frase “la pelota ahora está en la cancha del Congreso”.

En ese sentido, para asegurar la permanencia de Dina Boluarte en el gobierno, se está arrinconando a ambos poderes con una sola jugada justificando con ello el “que se vayan todos”. Los progres y las ONGs del exterior hicieron lo mismo con el Congreso anterior: lo etiquetaron de “obstruccionista” y ya sabemos cómo terminó. Ahora pretenden hacer algo similar.

En este futuro escenario donde solo queda la caviarada, veremos a los mismos falsos valores conocidos como “notables” conduciendo el Estado, se formarán nuevas Comisiones de Alto Nivel para las reformas políticas y seguirán las cuestionadas autoridades del JNE, RENIEC y ONPE, dizque para asegurar una transición democrática ¡y aquí no pasó nada!

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