Un trabajador de limpieza pierde la vida por una descarga eléctrica en plena madrugada mientras limpia una cocina. En otro caso, un incendio en un centro comercial deja varias víctimas fatales minutos antes de iniciar una función. Y en otro lugar del Perú, una explosión en una planta de gas industrial sacude barrios enteros y genera alarma nacional. Todos estos eventos tienen algo en común: son consecuencias visibles de una cultura preventiva… invisible.
Muchas empresas peruanas todavía creen que la prevención es un “costo” o un trámite que se delega al área de Seguridad. Pero cuando ocurre una tragedia, lo que queda expuesto no es solo un sistema fallido, sino una forma de pensar el negocio. Porque prevenir no es tener un reglamento. Prevenir es una forma de vivir y liderar la empresa.
En mis años asesorando empresas de todos los tamaños, he visto cómo las organizaciones exitosas integran la seguridad y la sostenibilidad a su estrategia empresarial, no como un apéndice, sino como parte del ADN de su gestión. No esperan que un inspector los sancione. Actúan antes. Se preparan. Se hacen las preguntas incómodas.
La cultura preventiva no se ve en las paredes llenas de afiches ni en los certificados colgados en la recepción. Se ve en la manera en que un supervisor actúa frente a una duda operativa. En la rapidez con la que se detiene una actividad si hay una anomalía. En cómo un gerente responde ante un trabajador que alza la voz por una condición insegura.
Las tragedias que mencioné al inicio no ocurrieron por una única causa técnica. Ocurrieron porque en algún momento se dejó de mirar el riesgo. Se normalizó lo anormal. Se apagó la alerta interna. Y cuando eso pasa, no hay protocolo que te salve. Sólo queda activar los otros protocolos, los de manejos de crisis.
El Perú necesita líderes que entiendan que la seguridad no es una moda ni una obligación legal. Es la garantía de continuidad del negocio. Es la forma más ética y rentable de proteger una marca.
Porque la cultura preventiva, como el aire, no se ve… hasta que falta.




