Hace muchas décadas en los colegios se enseñaba la asignatura de “Lenguaje y Literatura”. Pero con los avances de la expresión oral, escrita, audiovisual y virtual, en los currículos escolares se considera como un área de aprendizaje formativa e instrumental : la “Comunicación”, la cual desarrolla aprendizajes referidos a la expresión oral, la producción de textos escritos, la comprensión lectora. Y el dominio de las tecnologías de la comunicación e información (TIC).

En las evaluaciones nacionales e internacionales se da preferencia a la denominación “lectura o comprensión lectora” sin descuidar el juicio crítico que conduce al desarrollo de comentarios, opiniones, reflexiones y propuestas sobre hechos y comportamientos que se producen en los entornos. Todo, desde luego, teniendo en cuenta la pluralidad cognitiva y los grupos etarios. Y es que la comprensión lectora (pensamiento comprensivo) es la base para el análisis , la síntesis ,la creatividad y la criticidad, en una perspectiva del desarrollo del pensamiento complejo.

La comprensión lectora se da en distintos niveles de complejidad: “la comprensión literal primaria”, que permite identificar el orden de las acciones ejerciendo la comparación, así como señalando personas y entornos explícitos; y “la comprensión literal en profundidad” que facilita, además, identificar y describir el tema central y los personajes importantes y secundarios.

Igualmente, “la comprensión inferencial” que se logra cuando se establecen relaciones que van más allá de lo escrito en el texto (contexto implícito), explicar el contenido del mensaje relacionando lo que ha leído con sus saberes previos, así como inferir conclusiones mediante el razonamiento deductivo; y “la comprensión inferencial crítica” que favorece la emisión de juicios valorativos sobre la lectura, así como aceptar o contradecir con argumentos el mensaje de la lectura;

Y, finalmente, “la comprensión apreciativa” que posibilita tener mayores respuestas emocionales al contenido de la lectura.