El pasado viernes, Perupetro anunció, a través de una nota de prensa, que dejaba sin efecto la entrega por 30 años de los lotes petroleros I, VI y Z-69 de Talara a Petroperú y con esto parecía que se ponía punto final a la aventura, planteada desde la petrolera estatal, de entrar a la explotación de hidrocarburos en solitario, sin compañía de un socio privado.

Pero la calma que esta información trajo duró el tiempo que tomó leer el párrafo que la contenía pues en la misma nota se daba a conocer que la petrolera estatal iba a quedar a cargo de estos lotes de manera temporal “de dos años o hasta la fecha efectiva de un nuevo Contrato para la explotación de hidrocarburos, lo que ocurra primero”.

Así que finalmente, pese a la pésima situación económica en la que se encuentra, en la práctica Petroperú sí explotará dichos lotes con todos los gastos que ello conlleve.

Nos parece tonto que, en medio de tantos pedidos para privatizarla, Petroperú, Perupetro y el Ministerio de Energía y Minas sigan entercados en explotar estos lotes cuando la petrolera estatal es un hoyo negro que come recursos del Estado, que se generan con nuestros impuestos, y no entrega nada a cambio.

La discusión sobre mantener a Petroperú como empresa estatal debe pasar también por el debate del cambio de la matriz energética, sino seguiremos dando vueltas sobre lo mismo y, lo que es peor, lo subsidiaremos todos los peruanos.

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