La bicameralidad que tantos aplauden, no servirá de nada si es que no se ponen candados estrictos para impedir que el Senado, supuestamente la cámara madura y reflexiva, también va a estar llena de delincuentes, sinvergüenzas e impresentables, solo que con más edad que los legisladores que hoy vemos y que son un verdadero lastre para el avance del país y la preservación de la democracia.
Para empezar, para ser senador deberían exigirse por lo menos estudios universitarios superiores en determinadas especialidades y experiencia laboral en el sector público y privado.
Si el Senado va a ser la cámara revisora que corrija cualquier mamarracho o ley con nombre propio, tiene que contar con gente capacitada y no con cualquiera que hay llegado al cargo por tener billetera gruesa, por ofrecer imposibles de manera irresponsable o por saber bailar en cualquier estrado durante la campaña.
Sería un absurdo que el único requisito para ser senador sea solo tener más de cierta edad o haber sido antes legislador. Bajo esa premisa, podríamos tener como “ilustres” miembros de la cámara alta a gente como la que ya hemos visto acabar en la cárcel.
Es verdad que varios delincuentes y bandidos han tenido y tienen estudios superiores, pero algún filtro se tiene que poner. Si no, todo será más de lo mismo.