La caviarada y algunos grupos nos vendieron una “Reforma Universitaria” que no ha funcionado. No solo les faltó conocimiento de los problemas que atraviesa la universidad peruana, sino que sirvió para sus propios intereses. Fue, en pocas palabras, una reforma burocrática caracterizada por el papeleo, el formalismo y la no ruptura con el sistema anterior. En la columna de la semana pasada explore la situación actual de la universidad peruana y hoy quiero proponer algunos puntos para el debate de una verdadera reforma universitaria.

Es necesario repensar la autonomía universitaria sobre todo en materia presupuestal. Los más de S/. 6000 millones de soles destinados para mantener las universidades públicas salen de nuestro bolsillo y es necesario que cada año se realice una auditoría a cada casa de estudio público. Solo así sabremos si los fondos están siendo correctamente administrados. Otro necesario debate es sobre el ingreso. Creo que podría ser viable un Examen Único Nacional en Secundaria, algo parecido al GMT (EEUU) o al Examen de Maturita (Italia). Así los exámenes de ingreso serian eliminados y todos los estudiantes del Perú evaluados bajo los mismos criterios.

Finalmente, toca repensar la calidad universitaria. Se debe expulsar a los alumnos eternos o a quienes hayan cometido faltas graves. Se debe tener acceso a todas las tesis y auditar de manera exhaustiva la producción científica de cada docente. Los alumnos y profesores dedicados a parasitar de la universidad deben salir y darle paso a quienes de verdad quieran estudiar y enseñar.

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