Lo ocurrido con un grupo de embajadores extranjeros, quienes suscribieron y difundieron en distintos medios públicos un pronunciamiento “agremiado” y “colectivo” opinando sobre un proyecto de ley debatido en el Congreso de la República del Perú y que significó un intervencionismo indebido y la violación del mandato internacional señalado en la Convención de Viena, ha generado la reacción de nuestro canciller.

Recordemos que la Convención de Viena es un instrumento internacional que facilita la adecuada convivencia entre los Estados y el trabajo de sus representantes diplomáticos en los distintos países. Muchos se preguntarán por qué es importante cumplir con la Convención de Viena, y es que es fundamental entender que hacerlo implica cuidar la salud y las relaciones diplomáticas entre los estados y el que estas se desarrollen de manera amistosa y previsible. Los privilegios de los que gozan los representantes diplomáticos acreditados en los países están contenidos claramente en este instrumento internacional y cuando se viola o incumple, hay repercusiones y afectaciones en las relaciones diplomáticas que generan tensiones y que afectanel trabajo bilateral. El trato descortés “de” los agentes diplomáticos o “a” los agentes diplomáticos, se asume como un acto inadecuado que tensa las relaciones.

Por ello, en relación con lo ocurrido en nuestro país, sorprende que este grupo de embajadores extranjeros haya decidido voluntariamente saltarse la vía diplomática de interlocución como resulta ser la cancillería y dirigir un comunicado público interfiriendo claramente en la política interna, generando una tensión innecesaria máxime con una cancillería dialogante como la que hoy tenemos en el país. Que el canciller del Perú haya expresado su molestia por la acción de este grupo de embajadores que ha significado la intervención indebida de ellos frente a nuestro Estado soberano es más que adecuado, habiendo podido incluso llegar al extremo (lamentable) de declararlos personas “non gratas” en el país. Violar la Convención de Viena podría desencadenar crisis en los países y es muy importante que los mismos representantes diplomáticos de éstos entiendan que deben respetar los principios de la soberanía territorial y ejercer su labor diplomática dentro de los cauces y utilizando los espacios adecuados para tal fin.