Por si aún queda algún inocente que cree que el cuarto gabinete de Pedro Castillo será mejor que el mamarracho que encabezaba el expectorado Héctor Valer, sería bueno que desde ahora vayan sabiendo que en las últimas horas el jefe de Estado ha estado manteniendo reuniones en Palacio de Gobierno con personajes que, sin duda, nada bueno pueden aportar a la conformación de un equipo ministerial al menos digerible y que permita evitar que sigamos caminando al hoyo.
El Perú se encuentra sin rumbo y es urgente actuar con responsabilidad desde el Poder Ejecutivo. Sin embargo, el mandatario se reúne con Guillermo Bermejo –el de las “pelotudeces democráticas”, el gran amigo de Luis Barranzuela y el único defensor de Valer– quien de agitador y radical no pasa. Es un peligro que mientras el país se hunde en el desgobierno y el caos, el mandatario de un país en crisis se apoye en esta clase de personajes.
También se ha visto en la Casa de Pizarro a la congresista oficialista Kely Portalatino, la que dijo que “según fuentes oficiales”, la fiesta infantil organizada por Karelim López a la hija del presidente en momentos que se negociaban millonarias licitaciones con el Estado, se financió con una “chanchita” hecha por los mozos y escoltas de Palacio de Gobierno. En los consejos de esta legisladora descansa la conformación del nuevo gabinete del precario régimen del lápiz.
Como vemos, para armar el nuevo gabinete que remplazará al esperpento encabezado por Valer, el presidente se apoya en las personas a las que más lejos debería tener. Se entiende que pocos profesionales de éxito y con virtudes profesionales y personales quieran estar cerca de un presidente como Castillo. Sin embargo, debería hacer un esfuerzo por rodearse de mejores cuadros. Otros a los que se visto en las últimas horas cerca del mandatario son Guido Bellido, Róger Nájar y algún legislador dudoso de Acción Popular.
Si el nuevo gabinete tiene el sello de Bermejo, Portalatino y Róger Nájar, el hombre que el corrupto Vladimir Cerrón sueña desde julio pasado con ver como jefe de la Presidencia del Consejo de Ministros, que nadie se haga ilusiones del equipo que pueda asumir funciones en las próximas horas o días. Así las cosas, seguiremos de tumbo en tumbo gracias a un jefe de Estado que está “aprendiendo” y que tiene como consejeros a elementos nocivos para el país.