Cierto. El papa Francisco en un mensaje el último sábado en la noche dijo: “Todo será distinto” tras la pandemia del nuevo coronavirus, de la que la humanidad saldrá “mejor o peor”. Frase que se escucha de manera constante luego que el Covid 19 llegó a la mayoría de países y amenaza no ser controlado en buen tiempo por no existir vacuna alguna.

El virus cambió a todos y nada volverá a ser igual, con un sistema donde nos acostumbramos a convivir con indiferencia y egoísmo, de no entender lo preciado de existir sin desigualdades.

Tanto cambió la vida que ahora no podemos despedir, como antes, a nuestros muertos, y no necesariamente víctimas de este virus, que con apenas cinco meses de conocido hace temblar al mundo. Hay otros quienes parten en este viaje, sin retorno, luego de cumplir su ciclo, quedando en el recuerdo y corazón de quienes los conocieron.

Doloroso es perder un familiar, amigo o conocido, pero más doloroso es no estar presente en su último adiós, por las restricciones existentes para evitar un mayor contagio, recibiendo el pesar por otros medios y no de manera directa, como era parte de nuestra tradición.

Tengamos presentes que las cosas no serán iguales y son momentos en donde no podemos bajar la guardia para parar el Covid 19, donde la irresponsabilidad e imprudencia son cómplices para que mayor número de personas mueran, tal como pasa en varias regiones, entre ellas Arequipa, cuyo avance parece imparable al relajarse el cumplimiento de las restricciones en esta cuarentena. La cosa es seria y junio, que empieza, amenaza ser el peor mes de nuestra historia.

PD.- In memoriam de Jorge A. Mayhuire Gallardo (1943-2020+)