Los programas dominicales han sacado a la luz dos nuevos casos de recorte de sueldos, es decir, robo de dinero ajeno, que habrían sido cometidos por los congresistas Rosío Torres, de Alianza para el Progreso (APP), y Pasión Dávila, de Bancada Socialista, quienes poco o nada aportan al país, pero al momento de apropiarse de plata que no es suya, sí parecen ser muy “eficientes”, tal como lo han sido varios de sus colegas que en su mayoría, a la ahora de la hora, han sido tratados con guantes de seda.

La congresista Torres, quien ya antes había sido señalada por quitarle parte de sus haberes a sus trabajadores bajo sanción de despido, ahora ha sido acusada, además, de ordenar a los servidores de su despacho que “apoyen” en la campaña política de su esposo, el exlegislador de APP Fernando Meléndez, quien postuló al Gobierno Regional de Loreto. Según la denuncia, eran obligados a comprar telas, llaveros y demás artículos que en algunos casos eran llevados a Iquitos aprovechando las semanas de representación.

Esta madre de la patria elegida por el partido de César Acula ha dicho ante la denuncia de Cuarto Poder, que todo es falso y que más bien ella es víctima de una “persecución maquiavélica”, como si su participación en política fuera relevante y existieran intereses ocultos por traérsela abajo ante el peligro que representaría para alguien. Parece que la señora vive en una realidad paralela. Ojalá que el Ministerio Público la haga pisar tierra con una denuncia por los graves delitos que habría cometido.

Otro que está en problemas es Pasión Dávila, de Bancada Socialista, elegido por el partido del prófugo Vladimir Cerrón. A aquel caballero que se hizo famoso por meterle un puñete por la espalda a un colega en pleno hemiciclo, lo han acusado de apropiarse de parte de los sueldos y bonos de un asesor que ahora ha decidido dar la cara y denunciarlo. Acá tenemos, pues, a otro “revolucionario” y “luchador social” que según el dominical Panorama, cuando hay plata de por medio, no duda en esquilmar a un trabajador del Estado.

Cuántos casos más habrá en el Congreso de robo a los trabajadores de parte de los propios congresistas. Esta gente es una plaga. Sin duda, tendría que crearse algún mecanismo para que los servidores del Parlamento afectados hagan las respectivas denuncias de manera reservada y segura. Sin embargo es difícil que eso ocurra si tenemos en cuenta que el actual presidente del Poder Legislativo, Eduardo Salhuana, es de las filas de APP, el partido que más “mochasueldos” y sinvergüenzas ha aportado a la política peruana.