Los colegios privados comienzan clases el primer día hábil de marzo, e incluso antes; y en la mayoría de ellos los estudiantes cumplen con 8-9 horas diarias. Hasta el año 2000, los colegios públicos empezaban clases los primeros días de abril y estudiaban, como promedio, seis horas lectivas por turno. Esto originaba que en los colegios de ámbitos urbanos solo se alcanzaran alrededor 700 horas efectivas de clase, y en los rurales apenas unas 500 horas.

A partir del 2001 se determinó que las instituciones educativas estatales tuvieran como mínimo 900 horas de clases en inicial, 1100 en primaria y 1200 en secundaria. Para lograrlo se dispuso que el año escolar comenzara, a más tardar, el segundo lunes de marzo y que las vacaciones fueran de solo dos días al finalizar el primer y tercer bimestre.

Sin embargo, con el pasar del tiempo, la calendarización del período anual se ha ido desdibujando, a tal punto que el año pasado las clases en los colegios estatales se iniciaron recién16 de marzo, con vacaciones de dos semanas en julio y una semana adicional al término del primer y tercer bimestre, lo que sin duda afectó los logros educativos. Esto se está repitiendo, inexplicablemente, con el calendario del año escolar 2026 según la RM 501- 2025-Minedu, que dispone nuevamente que las clases comiencen recién el 16 de marzo. Con ello, en primaria se pierden cerca de 70 horas de clases y en secundaria cerca de 80.

Parece que algunos directivos del Minedu otorgan una excesiva importancia a las “semanas de gestión” (¿?) cuya productividad es discutible, pues en muchos casos no son desarrolladas adecuadamente en varios colegios.

Es un imperativo ético y social garantizar que los estudiantes de los colegios públicos tengan más horas de aprendizajes y mejores condiciones de calidad.

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