Un merecido reconocimiento a sus 60 años de trayectoria recibió Luis Ángel Pinasco de la casa televisora en la que desarrolló su exitosa carrera. El jueves último, el destacado presentador de televisión, actor, locutor radial y comentarista deportivo, vio aparecer su estrella en el Paseo de la Fama de América TV. como símbolo de gratitud a un profesional que siempre marcó la pauta y forma parte de la historia de la televisión en nuestro país. “Me siento muy emocionado por esto, porque después de tantos años de generosidad que ha tenido el público conmigo, este tipo de premios y acontecimientos no me lo esperaba”, dijo un agradecido Pinasco, que reafirmó algo que lo pinta de cuerpo entero: “lo único que he hecho en mi vida es trabajar y trabajar”. Y precisamente en su trabajo sostenido,siempre buscando la excelencia, el respeto al público, radica su grandeza y su vigencia. Desde aquellas épocas de los inicios de la televisión comercial en las que un joven Luis Ángel entrevistaba a la diva María Félix, presentaba a la inigualable Lucha Reyes o le daba la bienvenida a un joven Raphael; a su caracterización de Bruno Picasso en “Al fondo hay sitio”, “Rulito”, no ha puesto límite a su talento. No tememos equivocarnos en afirmar que es la figura televisiva de mayor permanencia en las pantallas y sobre todo pertenece a esa valiosa e importante generación de profesionales de la televisión cuyo ejemplo debería tomarse en tiempos en los que el exceso y la improvisación es la tendencia. Hoy cualquiera en la televisión, y en las redes sociales y plataformas. sin mayor preparación, opina sin conocimiento, entrevista sin rigurosidad, habla sin respetar el idioma, lo malo parece ser lo bueno y es por eso que tributos a talentos como Luis Ángel Pinasco son muy valiosos para que quienes no saben de toda su trayectoria y busquen aprender de lo bueno. El entrañable hombre de la televisión, con su trabajo y su carrera es un ejemplo vivo de un profesional que siempre tuvo un respeto absoluto por los televidentes y mucho cuidado en no traspasar los límites del decoro en los medios de comunicación. Larga vida y más trabajo para un gran maestro.