“La Investidura del Consejo de Ministros no es mera formalidad constitucional o reglamentaria de exponer y debatir la política general del gobierno. Es muestra inequívoca de la reafirmación de la separación y equilibrio de poderes y de la autonomía de sus titulares políticos. ¿Es posible que se presente ante el Congreso un Consejo de Ministros cuando uno de sus integrantes continúa agrediendo al parlamento e impidiéndole cumplir con una de sus atribuciones constitucionales más importantes?” Palabras de Eduardo Arana Yza, uno de nuestros mejores constitucionalistas, en su artículo Vidaurre contra Vidaurre en la Investidura. Ve lo que pocos ven. Walter Ayala González, hoy ministro de Defensa, demandó al Congreso y obtuvo el 6 de julio una medida cautelar de una jueza que le ordenó “la suspensión provisional de la elección de magistrados del Tribunal Constitucional…” Una enormidad que pocos juristas hubieran imaginado en un Estado de Derecho, el avasallamiento al Poder Legislativo por el Judicial. “Es evidente que la rauda y muy oportuna medida cautelar no fue para fortalecer la legalidad sino para lograr por otra vía lo que sus opositores no podían hacer en el Congreso y con ello beneficiar o perjudicar, grandes intereses”. El Congreso no pudo elegir magistrados del TC y el concurso se frustró. Arana recuerda que. “El ministro, digno emulo del Dr. Jekyll y Mr. Hide, es demandante y parte en un proceso de amparo en contra del Congreso que es el Estado mismo que ahora paradojalmente representa. A ese Estado que solo días antes estaba enfrentando y ahora ha jurado defender.”. De locos.

Ayala González, integra el gabinete Bellido que pedirá la investidura al Congreso. Es evidente que antes de ir deberá retirar dicha demanda por respeto al equilibrio de poderes al cual apela cuando solicita la confianza. Si el Ejecutivo quiere apoyo del Parlamento deberá a respetar sus atribuciones fundamentales, sin interferencias.