Desde el año 2020 y sin ningún sustento técnico, PRODUCE viene estableciendo cuotas diferenciadas para la captura de los recursos jurel y caballa para la flota de mayor escala y la flota artesanal, la misma que comprende a la flota de menor escala.
Peor aún, en el presente año y sin ninguna justificación técnica, la cuota asignada a la flota industrial para la captura de los recursos jurel y caballa sólo alcanzan para tener operativas las plantas de procesamiento dos meses al año. Esto implica que en el resto del año las plantas se encuentran subutilizadas, lo cual las hace inviables en el mediano y largo plazo; poniendo en riesgo el empleo formal de 50 mil personas, en especial empleo femenino.
Por si lo expuesto fuera poco, esta mala decisión afecta a todos los peruanos. Ello debido a que cuando la flota industrial se encuentra en temporada de jurel y caballa, podemos apreciar abundancia de estos recursos en el mercado; llegando a costar, por ejemplo, el kilo de jurel tan sólo S/ 2. Ello reduce inmediatamente la presión sobre el consumo de pollo, el cual bordea los S/ 11 el kilo.
Así, de otorgarse cuotas adecuadas y bien sustentadas de jurel y caballa a la flota industrial, no solo se podría mitigar la crisis alimentaria por la que atraviesan miles de familias peruanas, sino que además contribuiría a reducir la inflación; que en febrero último alcanzó el 9%, el nivel más alto de los últimos 8 meses.
Cómo es evidente, en el escenario actual nadie gana, más bien, todos perdemos. Sin embargo, estamos aún a tiempo de enmendar esta mala decisión si se amplía de una vez por todas la cuota de jurel y caballa, recursos que abundan hoy en día en nuestro mar, en beneficio de miles de peruanos.