Con pocas excepciones, cada nuevo gobierno y/o ministro de Educación coloca como prioridad el cambio del currículo escolar, sin mirar su pertinencia ni los avances de la teoría pedagógica. En el Perú al año 2000 había simultáneamente seis currículos, los cuales se condensaron en uno con criterio de emergencia. El 2005 se presentó uno mejor trabajado denominado “Diseño Curricular Nacional”(DCN) en proceso de reajuste. El 2009 surge el DCN definitivo que lamentablemente al comenzar la primera gestión ministerial en el gobierno de Humala se pretendió cambiar. Es recién el 2016 que se aprueba lo que se conoce actualmente como: Currículo Nacional de la Educación Básica (CNEB) organizado por competencias y áreas curriculares.

Entró en vigencia en todos los planteles escolares el 2019. Si ponemos en un paréntesis los 2 años de pandemia, podemos decir que este documento al 2022 tiene solo 2 años de vigencia real. Es más, muchos docentes recién se están familiarizando con sus elementos y contenidos. Sin embargo, el ministro de Educación ha dicho que se está concluyendo la evaluación del actual currículo (¿?) que dará lugar a uno nuevo que se elaborará el 2023 y se generalizará el 2024.

Me parece que el actual CNEB debiera tener un período de vigencia de varios años con un monitoreo y acompañamiento sostenido. Esto no impide hacer algunos ajustes para el 2024. Por ejemplo, incorporar valores en las competencias, más conocimientos en los desempeños de secundaria, así como aprendizajes sobre el terrorismo de cuarto de primaria a quinto de secundaria, restituir el área de Historia, Geografía y Economía en secundaria, así como mejorar los requisitos de promoción de grado.

Creo que recién el 2025 se debe estudiar la conveniencia o no de un cambio total del CNEB. Por cierto,previa evaluación técnica-confiable y válida- de su calidad considerando su desarrollo en la realidad diversa de los territorios urbanos y rurales del país.

TAGS RELACIONADOS