El sector pesquero es un actor relevante en la economía nacional. Suele aportar anualmente entre el 1.5% y 2.5% al PBI; genera alrededor de 700 mil puestos de trabajo y US$ 3,500 millones en exportaciones; de los cuales, US$ 2,300 millones corresponden a las exportaciones de harina y aceite de pescado. Así, la pesquería peruana se posiciona como una de las más importantes del mundo, según la FAO.
Asimismo, el Índice de Desempeño Ambiental (EPI, por sus siglas en inglés) publicado por las prestigiosas universidades Yale y Columbia, señala que el Perú destaca como una excepción y lo ubica en el puesto 11 de 135 países por su buen manejo pesquero, demostrando cómo el Perú, en las últimas décadas, ha convertido a la pesca de anchoveta en un modelo de pesca sostenible y responsable; una realidad que nos debería llenar de orgullo a todos los peruanos.
Para mantener estos resultados; tripulantes, trabajadores, científicos, autoridades y sociedad civil debemos trabajar unidos por la sostenibilidad de nuestros recursos y el cuidado ambiental. Así contribuiremos a mejorar la calidad de vida de los peruanos y ello nos permitirá superar la crisis social, política, económica y ambiental por la que estamos pasando y a construir un país con mayores oportunidades para todos.
Quiero aprovechar este espacio para agradecer al Consejo Directivo de la Sociedad Nacional de Pesquería por elegirme como su presidente, un desafío que asumo con responsabilidad y compromiso en uno de los momentos más difíciles para el sector; así como al equipo del diario Correo por permitirme esta ventana para llegar a sus lectores.
Antes de concluir, quisiera reconocer el buen trabajo realizado por Cayetana Aljovín en los últimos 4 años al frente de la SNP; así como el de todos los actores que participan en el sector pesquero, tanto de instituciones públicas como privadas, por su compromiso con la sostenibilidad de los recursos que son de todos los peruanos.