En este momento hay incendios forestales que arrasan bosques, tierra de cultivo y matan tanto animales como personas en La Libertad, Tumbes, Áncash, San Martín, Cajamarca, Apurímac, Piura, Madre de Dios, Ayacucho, Amazonas, Pasco, Huánuco, Puno, Cusco, Huancavelica y Ucayali.

Es decir, casi todo el país está en llamas y ¿qué hace el gobierno? Pues muy poco. Ayer recién hemos visto a la presidenta Dina Boluarte acudir al Centro de Operaciones de Emergencias Nacional (COEN) para conocer detalles del problema.

Para nadie es una sorpresa que estamos frente a un gobierno reactivo, no hay labores de prevención, solo sirven para llevar ayuda y declarar estado de emergencia para luego olvidar el problema hasta que se vuelva a desatar la fatalidad de turno.

Por ejemplo, todos los años se donan frazadas y ropa de abrigo, pero no se ataca de fondo a los problemas y graves afectaciones que las bajas temperaturas causan en el país. También tenemos el verano amazónico, cuando las altas temperaturas bajan el caudal de los ríos y hace imposible que regiones como Loreto y sus principales ciudades, a las que solo se puede llegar por vía fluvial, se queden sin abastecimiento de combustible.

El problema es que nadie quiere prevenir porque a todos les interesa la declaratoria de emergencia ya que abre candados y permite a los malos elementos del Estado, afilar las uñas.

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