Es casi un consenso que el Currículo Nacional de la Educación Básica requiere ajustes para optimizar la gestión pedagógica en las escuelas. Creo que es tiempo de hacerlos para que entren en vigencia el 2025.

En principio deben incorporarse los propósitos educativos del Proyecto Educativo Nacional al 2036: Formar personas que sean saludables física, social y emocionalmente; buenos ciudadanos; inclusivos y equitativos; y prósperos, productivos e innovadores.

El currículo nacional ha optado por puntualizar los aprendizajes fundamentales del alumno que concluye la educación básica mediante el llamado “Perfil del Egreso” que permite inferir las áreas de su Plan de Estudios. Sí uno los lee detenidamente verá que combinan capacidades y conocimientos; pero están ausentes los valores, los cuales deben incorporarse.

Es importante incorporar en los planes de estudios de Primaria y Secundaria de la Educación Básica Regular, así como de los ciclos Inicial, Intermedio y Avanzado de la Educación Básica Alternativa, las áreas  de Formación Personal, Ciudadana y Cívica, así como  la de Historia y Geografía y Economía. Dejándose de lado las áreas de Personal-Social y Ciencias Sociales. Lógicamente incluyendo didácticamente contenidos sobre la historia del terrorismo en el Perú. Es más, se deben replantear los estándares  por confusos, reiterativos y extensos, así como incluir más conocimientos en los desempeños en secundaria y el ciclo avanzado,

Finalmente, es necesario establecer en la evaluación existente que al estudiante puede adjudicársele el calificativo AD (logro destacado) en cualquier período de estudios y no solo a fin de año; y replantear los requisitos cuestionables de promoción de grado de los estudiantes dándole al docente el lugar que le corresponde en la evaluación al final del año escolar.