Uno. ¿Quién es “Ojitos”? Lo único que sabemos de este oscuro personaje, según las agendas de Nadine Heredia, es que se trata de un operador jurídico que supuestamente hacia lobby con el fin de favorecer a Humala en el caso Madre Mía. Por el bien de la justicia y de los jueces peruanos, la identificación de este personaje debe convertirse en un objetivo prioritario para la opinión pública. La verdad debe conocerse hasta el último detalle. Si cae “Ojitos”, se desmonta el tinglado utilizado para promover la impunidad en un caso grave de violación de los derechos humanos. Sin la identidad de “Ojitos”, seguimos dando palos de ciego en busca del nexo entre la justicia y la política.

Dos. Cunas salvadoras. El Proyecto de Ley 211-2016/CR, que regula el “Nacimiento confidencial y ampara al expósito”, busca normar el abandono del recién nacido mediante la creación de las “cunas salvadoras”. Se trata de cunas que salvan bebitos, para ser totalmente claros. El Congreso de todos los peruanos tiene ante sí la magnífica oportunidad de dar una muestra de unidad para el bien de los recién nacidos. El Estado, tan lento en la protección de los menos favorecidos, puede demostrar eficacia implementando una política pública que nos dignifica como sociedad, proclamando que la defensa jurídica del indefenso es un pilar del Estado de Derecho y de toda democracia que aspira a la calidad. He allí el verdadero desarrollo, el desarrollo humano integral, que busca la protección de la persona, especialmente de aquellos que no tienen voz para defenderse y protestar. Las cunas salvadoras de vidas humanas son el tipo de políticas de Estado que todos debemos apoyar.

Tres. No hay chavista bueno. Lo que sucede con Venezuela no debe hacernos olvidar la preocupante situación de Ecuador y Bolivia. El Perú debe mostrar firmeza e independencia en todos los casos.