En junio del 2022 se publicó la Hoja de Ruta para la Adhesión a la OCDE, la cual contiene puntos claves que nuestro país debería desarrollar para modificar su status a “miembro” de dicha entidad.

Según dicha organización, los ingresos tributarios deben incrementarse rápidamente; pues representan apenas el 17% del PBI, porcentaje sumamente bajo comparativamente.

Nuevamente se hace hincapié en “simplificar los regímenes tributarios” (¡dejavú de tantos años!), puesto que los múltiples existentes provocan una elevada evasión, fomentan la informalidad, e incentivan a las empresas a seguir siendo pequeñas (“enanismo”).

Se pide aumentar los ingresos fiscales de manera progresiva y reducir la informalidad, debiendo evaluarse dejar solo vigentes los tributos eficaces. Se sugiere también revisar el IGV y sus beneficios, y aumentar la recaudación de las personas naturales, cuatro veces inferior a la media de la OCDE.

Pero creemos que estas ideas “de gabinete” hay que aterrizarlas. No se trata simplemente tomar una receta foránea a ciegas, solo con la finalidad de ingresar a la OCDE.

Como se sabe, el gran problema y origen de nuestra precaria situación impositiva y recaudatoria, es que el connacional tiene —por lo general— una bajísima cultura tributaria. No somos “cumplidores” sino “resignados”, es decir, vamos a pagar los tributos “porque no hay otra opción”; y si la hubiera, preferiremos la vía del no pago.

Lo que se debe de considerar entonces es aumentar la base de contribuyentes, pero no ajustando siempre a los mismos se llegará a ello, sino educando a todos a pagar lo justo y de manera progresiva, con un sistema tributario sencillo y amigable.

Mucho por hacer para una verdadera “Reforma tributaria” estructural… no sigamos generando una simple aplicación de “parches” fiscales.