Desde hoy hasta el próximo martes 8 de marzo, día en que el gabinete a cargo de Aníbal Torres acudirá al Congreso a pedir el voto de confianza, pueden pasar muchas cosas. Sin embargo, por el momento parece que el presidente Pedro Castillo no está dispuesto a mandar a su casa a los tres ministros más impresentables que tiene actualmente, todos ellos elegidos por el corrupto Vladimir Cerrón, quien sigue siendo el hombre que corta el jamón en el régimen del lápiz.

Es verdad que ha salido Juan Silva de Transportes y Comunicaciones, pero siguen en sus cargos el “chamán” titular de Salud, Hernán Condori, en cuyas manos está el bienestar y la vida de millones de peruanos; su colega de Justicia y Derechos Humanos, Ángel Ydelfonso Narro, famoso por su lamentable papel como procurador público; y el ministro de Energía y Minas, Carlos Palacios, todo ellos colocados por Cerrón.

Precisamente ayer hemos informado que el sector Energía y Minas, que tendría que ser el gran articulador de actividades extractivas formales que dejan millones de soles al Estado y generan valiosísimos puestos de trabajo, ha sido convertido en la agencia de empleos del gobierno de Perú Libre, donde son acomodados varios personajes dudosos que tienen como único “mérito” el ser ahijados de Cerrón o el haber apoyado en la campaña electoral.

Del gabinete precario de Aníbal Torres, también embarrado por las declaraciones de la lobista Karelim López ante el Ministerio Público, debían irse por lo menos cuatro, los peores. Sin embargo, solo Silva ha sido expectorado minutos antes de ser censurado. Quedan tres, especialmente el de Salud, célebre por recetar pócimas y brebajes. El manejo de la pandemia sigue en manos de este señor que según el profesor Castillo, tiene el mérito de venir de la “chacra”.

Con un panorama así, el Congreso tiene que evaluar bien si va a dar la confianza a esta gente. Hacerlo sería validar la presencia en el Poder Ejecutivo del campeón de las “aguas arracimadas”, del jefe de la agencia de empleos de Perú Libre y Cerrón, y de un premier como Torres, el que según la señora López quería conseguir asilo para Bruno Pacheco, el hombre de los 20 mil dólares pestilentes encontrados en el baño de Palacio de Gobierno. ¿Serán cómplices de la continuidad de estos ministros?