Uno de los grandes santos de la Iglesia Católica decía que durante las épocas de invierno, los mejores árboles crecen para adentro, fortaleciendo sus raíces. Eso es lo que ha estado haciendo la Marcha por la Vida, el movimiento ciudadano más grande del Perú, capaz de organizar simultáneamente marchas en todo el país hasta llegar al millón de personas. Nunca antes en la historia del Perú un colectivo ciudadano alcanzó tal nivel de convocatoria y ante las restricciones propias del COVID y la nueva normalidad, los líderes de la Marcha por la Vida han decidido lanzar una serie de iniciativas que van desde las convocatorias y activaciones, hasta sendos proyectos de ley.
Por eso, los colectivos que integran la Marcha por la Vida organizaron el sábado pasado, con un éxito sin precedentes, el FESTIVIDA 2022, evento que congregó a miles de personas en La Molina. Se trató de una primera actividad presencial tras un largo encierro, el primer paso de una larga marcha que está destinada a no detenerse jamás. De muchas formas, el activismo provida ha transformado la esfera pública peruana y de su interior han nacido y nacerán figuras públicas comprometidas con la defensa del concebido y con las libertades que se oponen a la tiranía de lo políticamente correcto.
Como escuela de liderazgo público, la Marcha por la Vida supera con creces cualquier movimiento por la extensión nacional de su propuesta. Sin duda, la calle es provida, el pueblo peruano es un firme defensor de la vida y esto generará sinergias interesantes al interior de todas las fuerzas políticas. ¡Qué gran noticia! La Marcha por la Vida regresa con más fuerza e imaginación.