Sería bueno que desde ahora las agrupaciones políticas, sus dirigentes y especialmente sus candidatos presidenciales, nos digan si se van a hacer responsables por la idoneidad de sus aspirantes al Congreso, teniendo en cuenta que a pesar de todo lo sufrido en los últimos años, sigue apareciendo postulantes con procesos penales por hechos graves, denuncias hasta por alimentos y otras perlas que en el pasado ya han generado sonoros escándalos.

En los últimos días, diferentes medios han hecho públicos los antecedentes de quienes han sido reclutados por diferentes agrupaciones políticas como candidatos. Sean militantes o “invitados”, lo cierto es que otra vez vamos viendo que nos están poniendo sobre la mesa un menú a elegir, el cual más tarde podría generar una tremenda indigestión, tal como viene sucediendo en los últimos años, en que la gente ha elegido hasta a elementos que ha terminado tras las rejas.

Mucha atención, por ejemplo, con Alianza para el Progreso (APP), que lidera César Acuña, que en los últimos años ha “aportado” legisladores como Edwin Donayre y Humberto Acuña, ambos condenados por corrupción, aparte de otros dos personajes que están con graves problemas con la justicia. Después no nos vengan a decir que no sabían nada, que no casan con nadie y que luchan contra la corrupción “caiga quien caiga”.

La gran mayoría de agrupaciones políticas que participa en el proceso electoral de este año están integradas, en mayor o menor escala, por políticos de experiencia que ha sido autoridad o ha postulado en años anteriores, así que difícil creer que es gente llevada por la “inocencia” y la “buena fe”, y que por eso no se dan cuenta de las “joyas” a las que reclutan en sus listas parlamentarias. Si les abren las puertas de sus partidos, pues luego asuman su responsabilidad.

Tras los fiascos de los últimos años, los electores debemos estar muy atentos al momento de elegir, y también en capacidad de castigar con nuestro voto a quienes nos han vendido gato por liebre, a quienes nos han estafado con listas parlamentarias plagadas de prontuariados e impresentables. Llama la atención, por ejemplo, la gran cantidad de candidatos que son padres que no han asumido sus responsabilidades básicas hacia sus hijos. ¿Por estos vamos a votar?