Supongo que las noticias sobre las vacunas, los tratamientos efectivos y las cifras de los recuperados son las que más no gustaría leer en esta época de pandemia por la COVID-19. Ante tanta desinformación y malos augurios, la gente se desalienta con tantos sucesos negativos.

En el mundo hay 149 candidatos a vacuna, sin embargo, solo 17 de ellos se están aplicando a humanos,  según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los proyectos chinos son los más adelantados, al igual que el de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, sin embargo, el director del Centro de Investigación del Estado de Rusia, Rinat Maksiutov, reveló que tres tipos de vacuna producidas en su país han superado con éxito “las pruebas de capacidad para suscitar una respuesta inmune”. Si bien es cierto, son noticias alentadoras, todo hace suponer que recién estarán listas el próximo año. En mérito a ello, el Gobierno ha designado a un “Comando vacuna”. Sabemos que la mayoría pertenece al sector privado y de buena trayectoria. Esperemos que no generen falsas expectativas y que no especulen con fechas y plazos.

¿Y mientras tanto nosotros qué hacemos? Cuidarnos y tener muy en alto la moral. Justo esta palabra proviene del latín “moralis” que significa “costumbres” o “manera de vivir”. Esa es la clave de lo que se viene en el futuro. Asumir que habrá nuevas costumbres en la convivencia como sociedad. Tenemos que ir por nuestro propio carril, distanciados, pero sumando todas nuestras potencialidades de responsabilidad.