Lo señalado por la corruptora confesa Sada Goray al dominical Cuarto Poder, en el sentido de que le pidieron poner dinero para una “bolsa” con la que se debía pagar 50 mil soles a congresistas de Acción Popular conocidos con el alias de “los niños” para que voten en contra de la vacancia de Pedro Castillo, no es más que una gota adicional en ese mar de evidencias que existen sobre este grupo de legisladores que a pesar de todo, sigue en funciones y cobrando un sueldo en lugar de estar suspendidos o tras las rejas.

Goray ha mencionado que entregó el dinero sucio para el pago de la coima al exfuncionario del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Salatiel Marrufo, quien le mencionó que entre los sobornados estaría el congresista Darwín Espinoza, el que tiempo atrás fue denunciado por usar recursos públicos y personal del Congreso para la formación de una agrupación política en la región Áncash. Siempre ha sido uno de los rostros visibles de ese grupo de legisladores que son una muestra de la degradación de la política peruana.

Sin embargo, tan repugnante son las evidencias de corrupción que pesan sobre “los niños”, como la actitud de sus colegas parlamentarios de diferentes bancadas que han preferido mantenerlos en el ejercicio de las funciones en lugar de echarlos del Congreso, al menos mientras son investigados. Ellos son hasta ahora cómplices de “los niños”, que habrían recibido dinero y la posibilidad de manejar a su antojo el Ministerio de la Producción a cambio de respaldar la putrefacta e inepta gestión del golpista de Chota.

Es evidente que lo afirmado por Goray deberá ser comprobado antes de ser tomado por cierto. Sin embargo, no es la primera vez que “los niños” son acusados de alguna cochinada. Hay uno al que le encontraron fajos de dinero en efectivo en su casa, y que hacía pasar a su hijo como trabajador del Congreso para que visite entidades públicas, quién sabe con qué finalidad. Ese caballero sigue en funciones, como si nada pasara y encima se indigna cada vez que le recuerdan en todo lo que anda metido.

La vigencia de “los niños” a pesar de todo lo que se conoce hasta ahora, es una muestra de que en la política peruana todo se puede “arreglar” en perjuicio de los ciudadanos que tienen que soportar a esta clase de personajes. Veamos también a los “mochasueldos”, que en buena cuenta son ladrones de dinero ajeno. La gran mayoría sigue allí, incluso encabezando comisiones vitales para el avance del país. Bueno, qué más se puede pedir de un Congreso con un servicio interno de “visitadoras”, según se ha denunciado.