¿Con cual declaración del ministro Juan Santiváñez nos quedamos? ¿Con la que le avisaba al prófugo Vladimir Cerrón que ya sabían dónde estaba escondido y le daba tiempo de escapar? o ¿con la patética frase que acaba de acuñar para justificar la incapacidad para dar con el prófugo que diariamente se burla de las autoridades?
“Eso solo se puede en Netflix”, dijo cuando en Exitosa le preguntaron cómo era posible que Cerrón diera una conferencia sin que nadie pueda dar con su ubicación.
Obviamente, se enredó en una respuesta llena de tecnicismos pero vacía, como las que suele brindar cuando se ve acometido por preguntas que no quiere o no sabe cómo responder.
A estas alturas ya queda cada vez más claro cuál sería la labor de Santiváñez en el Ejecutivo: la de distractor.
Sus “amaneceres seguros” no son más que una pantomima para subirse el ego y dar entrevistas como si fuera un gran estratega, pero cuando se le cuestiona por la ubicación de prófugos responde “esa es labor de la policía”.
O sea, para unas cosas sí se arroga la vocería de la PNP y para otras, que no le convienen, no.
Estamos de acuerdo en sus críticas al decadente Ministerio Público que tenemos, especialista en liberar delincuentes. Pero no en el resto de su trabajo, pues el delito crece.
Eso no está en Netflix, señor ministro, la padecemos todos los que no nos movemos por las calles del Perú con resguardo.