La inseguridad ciudadana se ha convertido en la principal preocupación de los peruanos. Lima, como epicentro de este problema, enfrenta un alarmante incremento en delitos violentos, desde robos hasta extorsiones que amenazan la tranquilidad de todos. Esta situación demanda respuestas contundentes y estrategias de mano dura que permitan restaurar el orden y la confianza en nuestras calles. No podemos permitir que el miedo gobierne nuestras vidas; es momento de actuar con firmeza y determinación.

El gobierno y las actuales autoridades ediles están perdidas, básicamente porque no tienen propuestas diferentes que puedan enfrentar la criminalidad. Frente a este escenario sin planes concretos, vale la pena contribuir al debate con ideas. Rescato las propuestas de Adriana Tudela sobre el bloqueo inmediato de cuentas bancarias y números telefónicos vinculados a denuncias de extorsión. Adicionalmente, es importante poner mano dura en las cárceles: no más beneficios penitenciarios para miembros de organizaciones criminales, la reubicación de los presos hacia cárceles como Challapalca, la construcción de nuevos penales a más de 4000 msnm y la implementación del trabajo obligatorio en cárceles para autofinanciar sus alimentos.

También vale la pena sumar las buenas prácticas en seguridad ciudadana de El Salvador y Ecuador. Es necesario implementar un sistema de inteligencia real dedicada a capturar a los cabecillas de las extorsiones y las mafias criminales, esta tarea debe ser reforzada con premios y bonificaciones para los policias involucrados. En el caso del transporte, es vital que el Ejército acompañe al tranporte público en Lima Metropolitana para garantizar la seguridad de pasajeros y transportistas. No necesitamos más estados de emergencia, más leyes o más show en TV ¡Hechos y no palabras, señores del gobierno!