Incluir a Jorge Barata en el caso Gasoducto del Sur y pedir 36 meses de prisión preventiva por parte del Ministerio Público, parece una tomadura de pelo a todos los peruanos, pues este sinvergüenza está en Brasil a buen recaudo, su país no extradita a sus ciudadanos y en el Perú ya vendió todas sus propiedades, por lo que ni siquiera es candidato de un embargo de bienes para que pague la reparación civil que se le impondría más adelante por andar coimeando a autoridades y políticos en nuestro país.

Luego de varios años en que este hampón fue tratado con guantes de seda por fiscales como Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez, ahora el equipo especial de fiscales a través de la magistrada Geovana Mori Gómez, se pone fuerte contra este sujeto que ha decidido no hablar en los procesos por los casos en los que está metido y ha admitido delito, simplemente porque no tiene nada que perder. Nadie lo va a meter preso ni a embargarle algo porque ya sacó todo.

Más bien, el pedido tardío contra el cabecilla de Odebrecht en el Perú parece una maniobra para curarse en salud y tapar su ineficiencia que se hace evidente no solo en este proceso. Por estos días somos testigos del juicio oral por el llamado “caso cócteles”. Se trata, pues, de una medida simbólica en medio de un grave caso como el del Gasoducto del Sur, que implica al expresidente Ollanta Humala y a su esposa Nadine Heredia, la que por creerse jefa del Estado ahora está con un pie en la cárcel.

Los corruptos deben estar durmiendo muy tranquilos al saber que quien los “aceitó”, no aparecerá más ni en audiencias virtuales. Además, en Brasil el caso Lava Jato se ha desmoronado, algo que también sucedería con su extensión en el Perú todo por el mal trabajo de un Ministerio Público al que le quedó grande el encargo de meter presos a varios “peces gordos” que hasta están felices en su casa, esperando procesos que llevan casi ocho años sin sentencias.

Irónico que a quienes se oponían al “acuerdo de colaboración” con Odebrecht se haya acusado de estar del lado de los corruptos. ¿Lo recuerdan? Son los que defendían a capa y espada a un equipo de fiscales que hace agua por todos lados y que ha defraudado a los peruanos que han sido despojado de sus recursos. La mejor muestra de eso es la situación de Barata, que debe estar en su país matándose de la risa y con la impunidad asegurada tras habernos tomado el pelo.