El 2017 debe traernos paz y prosperidad. Las diferencias políticas deben dar paso a acuerdos en pro del país.
La confrontación y el pleito tienen que ceder el paso al diálogo por el bien común.
El pasado y el futuro deben permitir concentrar esfuerzos en el presente y en la capacidad de construir acuerdos.
Los problemas del año que se acaba deben ser superados con clase y nobleza.
Por más dificultades que todos hayan afrontado, debemos ver el mañana como la oportunidad de salir adelante.
Los asuntos políticos encontrarán solución siempre que sus líderes antepongan los intereses nacionales a los suyos y a sus egos.
Ha sido un año complicado en muchos aspectos, pero a la vez un reto para hacer del año venidero uno mucho mejor.
Que la concordia, el perdón y la reconciliación prevalezcan y que los sentimientos de amor y compasión reinen en los hogares.
El gran reto que tiene el Perú es promover los acuerdos y superar las diferencias si realmente queremos construir un país unido y en paz.
Que la paz y la concordia estén presente en todas las familias y que podamos todos hacer votos por un mejor porvenir.