El viernes por la noche, luego de un día de salida de hinchas de Universitario de Deportes para alentar a su equipo pese a los riesgos de contagio de COVID-19 y de “alegres” bombardas en un país de luto, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, aseguró que esto era “un crimen”. Y no le ha faltado razón, teniendo en cuenta que estamos en una escalada de contagios y fallecimientos en medio de una crisis sanitaria inmanejable que mantiene al mundo, y en especial al Perú, en vilo.

Mientras estos malos hinchas hacías fiesta y salían a las calles por el aniversario de su equipo sin respetar el aislamiento social, el Ministerio de Salud reportaba cuatro mil 485 nuevos contagios y 225 fallecidos. Esta cantidad de muertos es la más alta desde el inicio de la emergencia. Lamentablemente, muchos de esos que fueron a las calles y se concentraron en grandes grupos pese a las restricciones, llevarán el virus a sus casas y afectarán a sus familiares que quizá sí estén tratando de preservar la salud.

En las imágenes mostradas en televisión, captadas en los alrededores del Estadio Nacional antes del partido de la “U” con Cantolao, se veía también a muchos policías tratando de poner orden en medio de cánticos y bombardas lanzadas por estos sujetos que jamás debieron salir de sus casas. ¿Quién responde por los contagios que puedan sufrir los agentes en cumplimiento de su deber? No se puede exponer más a nuestros efectivos por culpa de elementos que no acatan el aislamiento.

Por todo esto, al gobierno, a través del Instituto Peruano del Deporte (IPD), no le quedaba otra que suspender la fecha del campeonato que debía jugarse este fin de semana. Es lo mejor que ha podido hacer. No hay camas, médicos ni oxígeno para tratar a más gente. Todo está colapsado. Hubiera sido irresponsable seguir con el fútbol pese a todo lo que eso implica. Primero es la salud y la vida de las personas, incluyendo la de aquellos que salen a generar problemas en las calles.

Ojalá el fútbol local vuelva pronto, pero con mucha responsabilidad de parte de organizadores, equipos e hinchas para que nadie se esté exponiendo. No olvidemos los contagiados del campeón Binacional en días previos al partido con Alianza Lima. Hoy la prioridad es la vida de las personas, y todo lo que apunte en esa dirección debe ser apoyado por la ciudadanía. Bien la decisión de suspender la fecha. La pandemia, los enfermos y los muertos, no son juego.